Praga tiene fama de ser una de las ciudades más bonitas de Europa, o quizás la más.
La antigua capital del Reino de Bohemia ha logrado conservar un casco histórico intacto con cientos de maravillosos edificios medievales y muchos más que datan de finales del siglo XIX y principios del XX. Durante estos años la ciudad lideró el movimiento Art Nouveau en Europa y en cada fachada, cada escalera, cada galería, cada mesa y cada vaso nos recuerda el esplendor y el boom artístico de esa época.
Desde su gran castillo, el más grande de Europa, hasta los cafés de intrincados decorados, Praga es una ciudad para caminarla y perderse por sus estrechas callejuelas. Siempre encontraremos algo diferente, algo nuevo, algo cautivador.