Nápoles no deja indiferente a nadie. La principal ciudad del sur de Italia está llena de rincones con encanto, grandes bulevares, ornamentados palacios barrocos, una preciosa bahía, un castillo que parece salido de una pintura, y un telón de fondo incomparable: el inquietante Vesubio.
Pero también es una ciudad que, a pesar de tener fama de caótica, enamora por sus calles estrechas, edificios antiguos con balcones con ropa tendida, su gran ambiente, las tiendas de toda la vida, iglesias, palacios y como no, las mejores pizzas del mundo.